La finalidad de la fotografía gastronómica es la de conseguir, que mediante la luz y la composición de cada plato, llegue a trasmitir el sabor y la textura de los alimentos.
La comida es vulnerable a la temperatura ambiente y a la luz de los flashes, tendiendo a perder textura y a degradar su estado y frescura inicial con el paso del tiempo.
Para que una sesión de fotografía de platos de cocina sea exitosa, debemos poner la atención hasta en el mínimo detalle y plantearla como un trabajo de equipo en el que participen el cocinero, sus ayudantes y el fotógrafo; es necesaria la implicación de todos ellos, para obtener unos buenos resultados.